GMG en el Cerro del Mauberme. La cima tendrá que esperar
El pasado 16 de mayo, GMG estábamos en el Valle de Aran con el objetivo de subir el Tuc del Mauberme, (2.880 m). Una gran conchesta de nieve en el camino de Liat, nos cerró el paso en coche poco después de la cabaña de Calhaus, empezando la excursión unos metros más abajo de lo que preveíamos. Después de los primeros 300 metros de desnivel, las fuertes nevadas que cayeron a principios de primavera todavía cubrían todo el camino sin ningún rastro visible, así que nos calzamos las raquetas para poder avanzar con mayor comodidad.
La ruta escogida planea hasta el lago de Montoliu, todavía helado y cubierto de una buena capa de nieve, pero con avisos de deshielo en algunos puntos que hacen poco recomendable intentar atravesarlo de por medio. Una vez bordeado el lago, el camino empieza a ganar pendiente y sube hacia el collado de Mauberme.
Llegados a 2.700 metros, en el punto donde se separa la ruta circular, ya vemos la pala de fuerte pendiente y sin rastro visible que lleva hasta la cresta. Es una pala encarada a poniente con mucha inclinación y muy llena de nieve, que pide cambiar las raquetas por los crampones que llevamos en la mochila. Sabemos que hace días que no nieva y ha llovido, la nieve está bien asentada y no hay peligro de aludes. Sentamos, nos quitamos las raquetas y empieza el debate mientras comemos el bocadillo: qué hacemos, subimos o no subimos.
Habíamos cometido dos errores. La primera es que no cogimos los piolets, imprescindibles para encarar una pala nevada como ésta con seguridad. La segunda es que vamos más tarde de lo que deberíamos, el tiempo está cambiando y la cima se ha tapado. Del grupo de cuatro, dos con ganas de intentarlo y dos que no. Como suele ocurrir en estas situaciones, los que ya tienen suficiente animan a los demás a continuar. Pero llegados a este punto, la experiencia nos dice que la buena decisión es no separar nunca al grupo e ir todos a una.
Por tanto, decimos hasta pronto en el Tuc de Mauberme y empezamos la bajada. Intentamos la circular pero al ver que el camino se alarga mucho y amenaza un cambio de tiempo, retrocedemos, volvemos a subir y buscamos la traza de subida. Finalmente terminamos en Viella, descansando sentados en una terraza de bar, con una cerveza bien fría y algo para hacer pasar el apetito, mientras comentamos la excursión y ponemos fechas para volver a intentarlo. Mauberme volveremos.
En GMG continuaremos subiendo montañas.